miércoles, 14 de noviembre de 2012

Amar a los animales nos vuelve seres empáticos, sencillos, compasivos y honestos.



Jerome Klapka, escritor inglés,  escribió: “el perro es un animal muy imprudente. Jamás se detiene a  averiguar si aciertas o yerras, no le interesa saber si subes o bajas por la escalera de la vida, nunca pregunta si eres rico o pobre, tonto o listo, pecador  o santo. Con  buena o mala fortuna, si tu reputación es excelente o pésima. Si te creen honorable o infame. Seguirá contigo, para consolarte, protegerte y dar su vida por ti”.

Los datos científicos indican que la relación entre seres humanos y animales ayudó a que la primera especie se desarrollara en su evolución, pues, características específicamente humanas, como son la empatía, la compasión y el compromiso fueron adquiridas en esta etapa. Aspectos que todavía seguimos fomentando continuamente a través de una relación que es “fundamental” para el ser humano, en opinión del psicólogo clínico Félix Zaragoza, de Activa Psicología.

También un dato interesante es que muchas veces, la única forma de conseguir la curación de un paciente que sufre depresión o ansiedad es la Terapia Asistida por animales de compañía (TEAAC). Es una alternativa a otros tipos de terapia cuando se han probado y no han funcionado. La relación entre los animales y los pacientes suele ser la mejor opción a la hora de conseguir altos niveles de relación, estimulación y amor incondicional.

Algunos de los beneficios que se consigue con las TEAAC:

Empatía: Resulta más sencillo sentir empatía por un animal que por un ser humano. 

Enfoque exterior: las terapias pueden conseguir que la persona piense y hable más de los animales que de sus problemas.

Relaciones: el paciente se relaciona con el terapeuta a través de proyectar sus sentimientos y experiencias hacia la mascota. El enfermo se sentirá mucho más seguro en este contexto.

Aceptación: los animales no se basan en criterios externos para querer a alguien. Por eso, los pacientes de las terapias aumentarán su autoestima, al sentirse queridos y capaces de querer.

Entretenimiento: los animales se vuelven en una entretenida compañía.

Mayor socialización: los animales consiguen que las personas estén más alegres y quieran socializarse con los demás. 

Contacto físico: Para que los niños crezcan sanos psicológicamente hablando, es necesario que tengan contacto físico. 

Sentido de responsabilidad: Los animales saben cómo cuidar de la gente. Además, hacen que el individuo pueda adquirir sentimientos de competencia y seguridad.

Beneficios fisiológicos: En muchos casos, los animales consiguen que las personas se sientan relajadas.

Y de ellos siempre terminaremos aprendiendo y recibiendo incontables experiencias, o como dijo alguna vez el escritor y filosofo Miguel de Unamuno: "Mi gato nunca se ríe o se lamenta, siempre está razonando".

Que tengas una buena vida


Fuentes:


 

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